Cuando se tiene diabetes, ésta no se queda en casa. Nos acompaña a todas partes, incluso al trabajo, y eso significa llevar a la oficina las rutinas necesarias para hacerla manejable: comer en horarios regulares, tener cerca algunos bocadillos para nivelar la glucosa, acceder a breves descansos para medir los niveles de azúcar en la sangre, etc., pero no siempre los compañeros de trabajo o el empleador lo entienden así.
En una oficina con mucho movimiento seguir las prácticas de control de la enfermedad puede ser complicado, haciendo difícil asistir a almuerzos de trabajo con clientes o reuniones de confraternidad, por ejemplo.
Para trabajar con diabetes lo mejor, dicen los especialistas, es dar a conocer la condición de salud e informar a colegas y jefes sobre todo del plan de alimentación y de las restricciones en el cigarrillo y la bebida. La dieta es uno de los pilares fundamentales en el tratamiento, porque colabora con la regulación del azúcar en la sangre y previene complicaciones a corto y largo plazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario